Clint Eastwood: vida y obra
Directores que cambiaron nuestra visión del cine: Clint Eastwood
Clint Eastwood ha participado en más de cincuenta películas durante toda su carrera, ya sea como actor, director, productor o compositor. Ha sido galardonado con numerosos premios y distinciones por su extensa carrera en el cine, la televisión y la música. Sus mayores aportaciones han sido al mundo del cine. Por ello ha recibido premios Óscar, premios del Sindicato de Directores de los Estados Unidos, premios Globos de Oro y premios People’s Choice, entre muchos otros.
No nos caben dudas que es un gran actor y director de nuestros tiempos y uno de los favoritos del equipo Avanti!
Biografía
Clint Eastwood Jr. nació el 31 de Mayo de 1930 en San Francisco, en medio de la denominada “Gran Depresión”. Por este motivo, sus padres, tuvieron que movilizarse de pueblo en pueblo en busca de un trabajo digno y un bienestar para su familia. Recorrieron el país hasta que lograron asentarse en Oakland, lugar en el que permanecieron para que Clint se criara.
Esta etapa se caracterizó por la crisis económica mundial que se inició en Estados Unidos el 24 de octubre de 1929 con el denominado “Jueves negro” y la caída de la bolsa de “Wall street” en Nueva York. Situación que se prolongó durante toda la década del ‘30.
Sus padres, a raíz de esta terrible situación, carecían de los recursos para pagarle sus estudios superiores. Al terminar la primaria, Clint tuvo que ganarse la vida haciendo diversos trabajos como albañil, leñador o limpiador de piscinas. Luego cumplió su deber como ciudadano durante el servicio militar como instructor de natación, lo que le permitió ahorrar algo de dinero para tomar clases de arte dramático. En el campamento militar se relaciono con David Jassen y Martín Milner, con quienes entabló una gran amistad y quienes lo influenciaron para que se introdujera en el mundo de la actuación. Gracias a ellos, logró un contrato con la Universal Studios.
Filmografía
En 1955 debutó en la película “Revenge of the creature”, del director Jack Arnold, con quién volvió a trabajar ese mismo año en el film: “Tarántula”. Luego estuvo trabajando seis años para una serie de televisión llamada “Rawhide”, ambientada en el oeste; dirigida y producida por Charles Warren.
Su salto al estrellato fue en el año 1964 al protagonizar “Per un pugno di dollari” (“Por un puñado de dólares”) del director italiano Sergio Leone. Esta película perteneciente al subgénero del western denominado “spaghetti western”[1]. Un año más tarde, en 1965, Eastwood filmó “A few dolars more”[2] y, en 1966, protagonizó “The good, the bad and the ugly”[3], ambas con el director italiano. Esta serie de tres películas convirtieron a Clint Eastwood en uno de los actores más populares de la época, haciendo que el público relacionara su imagen con la de un hombre duro y sin piedad.
Recién en 1971 dirigió su primer film: “Play misty for me”[4] (“Obsesión mortal”). Para un director que, acostumbrado a que otro lo dirija, debe dirigirse a sí mismo como actor, uno de los problemas fundamentales que se le presentan y debe resolver es el hecho de separar al personaje de la historia del que se sienta detrás de la cámara. Es por esto que Eastwood pasó mucho tiempo observando a todos los directores que dirigieron la serie “Rawhide”. Y a todos con los que trabajó posteriormente, sobre todo con su íntimo amigo Don Siegel, quien lo convenció para dar el salto a la dirección, y quien fue convencido también para participar con un pequeño papel en el film.
Ese mismo año es Don Siegel quien le ofrece un papel que marcó su carrera en “Dirty Harry” (“Harry, el sucio”). En esta película Eastwood interpreta a un policía solitario, antisocial, repulsivo y violento que hace justicia por mano propia. Este fue uno de los principales motivos por el cual el actor y director fue catalogado como “reaccionario” y tuvo que enfrentarse durante varios años a la crítica progresista, que extendió su desprecio a casi todos los films que Clint dirigió durante las dos décadas que le siguieron.
El director de esta película, Siegel, también luchó contra los críticos por la calificación fascista que le habían dado, sosteniendo que “Si hago una película sobre un asesino, no quiere decir que lo justifique”[5].
En 1972 protagonizó “Joe kidd” dirigida por John Sturges, la cual fue considerada uno de los westerns más débiles de su carrera. Aunque, no por eso una mala película, sino, no tan buena como otras de las que formo parte. Es un personaje estereotipado, una mezcla de los personajes clásicos vistos en la mayoría de los westerns en los que él ya había participado con anterioridad.
Un hombre sin pasado, un borracho, ex-cazador de recompensas, que anda siempre metiéndose en problemas, y también, permanece apartado de todo lo que rodea al pueblo en el que se encuentra, hasta que determinadas circunstancias que surgen lo obligan a tomar parte en el asunto. Su imagen está por encima del bien y del mal, más allá de toda regla establecida. Joe Kidd primero se muestra del lado de la ley ya que protege a un juez evitando que sea asesinado; luego es el guía de un terrateniente que quiere matar a un mexicano molesto para sus intereses personales. En el transcurso de la misión, Kidd se da cuenta de que el mexicano es inocente, y finalmente lo convence para que se entregue, mientras Kidd reparte justicia por mano propia, tal como es debido.
A su vez, dirigió su segunda película “High Plains Drifter” (“La venganza del muerto”[6]) retomando el género del oeste. Esta película es considerada, para la crítica, una estupenda combinación entre un western surrealista y el terror gótico. Cuenta la historia de un misterioso jinete que llega al pueblo de Lago. Al matar a tres hombres que lo amenazan, los ciudadanos deciden contratarlo para defenderse de tres bandidos que acaban de salir de prisión; para encarnar este papel, el director californiano adaptó al pistolero harapiento y sin nombre que había interpretado anteriormente para Sergio Leone.
El mismo Clint Eastwood considera esta película algo reaccionaria por los temas que plantea, por eso afirma que “…quizás lo habría rodado distinto si lo hiciera ahora. Tal vez omitiría la escena de la violación”.[7] Mientras Pezzotta expresa que “el espectador, que ha identificado al extranjero como al héroe de la película, lo ve realizando una acción reprobable”[8] por lo que no está de acuerdo con él. Aún así, más allá de las críticas negativas, también aparecen algunas positivas como la de Richard Schickel quien sostiene que “La película es digna de admiración. En su desolación del lugar, en su visión humana, en su rechazo a presentar conductas psicológicas racionales de los personajes, y en su determinación de desnudar el western a su brutal esencia, la película está más en deuda con Sergio Leone que cualquier otra de Clint Eastwood”.[9]
Eastwood exhibe su violencia y su ironía habituales, un claro ejemplo de esto puede verse, en la película mencionada anteriormente, en las lápidas del cementerio en las que aparecen nombres de verdaderos difuntos tales como Sergio Leone, Don Siegel o Brian G. Hutton; y ofrece un raro western en el que la violencia se combina con escenas surrealistas.
En su segunda obra como director, nos brinda una película visualmente impactante, brutalmente violenta, terrorífica y tremendamente divertida al mismo tiempo[10], y que en el fondo incluso puede leerse como parodia de los papeles de pistolero anónimo que había hecho en sus westerns hispanoitalianos.
Luego, en 1973, surgió una secuela del polémico film “Dirty Harry”, conocido como “Magnum Force” (“Magnum 44”) y, en 1976 se filmó la continuación, “The Enforcer” (“Sin miedo a la muerte”). Películas que lo consagraron definitivamente como una estrella del cine y un hombre de fuerte personalidad.
Por temor a que lo culparan de machista y fascista, entre medio de estas dos películas protagonizó, en 1974 “Thunderbolt and lightfoot” (“Un botín de 500.000 dólares”), de Michael Cimino. Dirigió en 1975 “The Eiger Sanction” (“Licencia para matar”) y, en 1976, “The Outlaw Josey Wales” (“El fugitivo Josey Wales”).
Un dato curioso de este tipo de films es que, a pesar de haber sido acusado de reaccionario, Clint Eastwood no mató a ningún indio en ninguno de los cuatro westerns que rodó durante su carrera.
En “El fugitivo Josey Wales”, por ejemplo, aparecen como sus amigos. Escrita por Philip Kaufman, quien a su vez fue el primer director de la misma, y la desconocida Sonia Chernus; basados en el libro de Forrest Carter, contribuyeron en las acusaciones hacia Eastwood sobre su faceta reaccionaria respecto del cine. Dicho director fue despedido por el mismo actor pocas semanas después de haber iniciado el rodaje ya que al presentarse algunas diferencias “creativas” con Kaufman, decidió dirigirse a sí mismo.
Con el paso de los años, Eastwood fue desarrollándose como director y perfeccionándose como actor. Realizó varias películas, de diferentes géneros, interpretadas por el mismo, tales como “Firefox” en 1982, “Sudden Impact” (“Impacto súbito”) en 1983. “Pale rider” (“El jinete pálido”) en 1985, el cual supuso una reactualización de un género western que se creía agotado, y cuyo éxito de público y crítica propició la realización de posteriores filmes que se encuentran entre los mejores del género. O “Heartbreak Ridge” (“El guerrero solitario”) en 1986.
Esta última película pertenece tanto al género de acción como al bélico; en ella Clint Eastwood es el sargento Tom Highway, conocido como Gunny, un perdedor en el plano personal, aficionado al alcohol, que sacrificó a su mujer, a su familia, a sus amigos y su reputación, por llegar a lo más alto en su carrera militar. Veterano de guerra en Vietnam y en Corea, vuelve a Estados Unidos para llevar a cabo su última misión que consiste en instruir a un grupo de novatos, jóvenes sin motivación, prototipos de la sociedad moderna; para convertirlos en auténticos marinos.
Además de trabajar en sus películas, en 1986 cambia el nombre de su productora, ya creada para 1968, a Malpaso Productions. El nombre se deriva de un arroyo al sur de Carmel, California, donde Eastwood ha dedicado gran parte de su vida ya gana las elecciones para la alcaldía por el Partido Republicano, pero un año después abandona el cargo porque no disponía del tiempo para realizar, conjuntamente a su labor como alcalde y sus películas. El nombre de “malpaso” significa “mala medida” o “falso”. Cuando Eastwood decidió participar en “Man with no name”, su agente le dijo que sería un “mal paso” para su carrera, por esto, irónicamente, le puso este nombre a su productora.
Durante los años ’90, Eastwood dirigió una serie de films que lo consagrarían como uno de los directores más destacados de la época; entre ellos “Bird” en 1988, “White hunter black heart” (“Cazador blanco, corazón negro”) en 1990 y “Unforgiven” (“Los imperdonables”) en 1992, que se convirtió en un clásico del western y ganó varios Globos de Oro y Premios Oscar.
Un año después, en 1993, dirigió y actuó en la película de drama e intriga “A perfect world” (“Un mundo perfecto”), en la que compartió cartel con Kevin Costner.
En 1995, junto a Meryl Streep, protagonizó el drama romántico “The bridges of Madison Country” (“Los puentes de Madison”).
Con esta película, Eastwood muestra una faceta diferente, que nada tiene que ver con las películas anteriormente realizadas por él. Encarna a un fotógrafo con ideales de vida muy diferentes a aquellos hombres rudos que interpreta en películas como “Dirty Harry”.
Contrariamente, se enamora de una mujer de un pueblo a pesar de estar convencido que él en su vida no necesita a nadie más que él mismo y sus viajes por el mundo, para ser feliz; hasta llega a actuar noblemente al aceptar la decisión de ella de no abandonar a su familia y conservar ese amor de una manera ideal, lejos el uno del otro.
Dos años más tarde dirige “Midnight in the garden of good and evil” (“Medianoche en el jardín del bien y el mal”), película en la actuó su hija Alison Eastwood y en el año 2000 dirigió y protagonizó junto a Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner “Space cowboys”.
En el año 2003 dirige “Mystic river” y un año después protagoniza, junto a Morgan Freeman, “Million dollar baby”.
En el 2006 realizó dos películas que hablaban de la Batalla de Iwo Jima, desde el punto de vista tanto estadounidense como japonés; “Flags of our fathers” (“Banderas de nuestros padres”) y “Letters from Iwo Jima” (“Cartas desde Iwo Jima”).
“Banderas de nuestros padres” fue una película criticada dado que se presenta como una sátira sobre la manipulación de los dirigentes sobre las masas en un momento crítico, como lo fue la batalla de Iwo Jima en 1945, durante la Guerra del Pacífico, en la Segunda Guerra Mundial. Además, tocó temas como el drama psicológico que centra su esencia en el concepto de heroísmo, el racismo y la difícil adaptación de estos héroes que sacrifican su vida sin ver recompensadas sus acciones.
En el año 2008 dirigió “The changeling” (“El sustituto”) un remake de una película estrenada en 1980.
El guión está basado en una historia real en la que Christine Collins, luego de salir por unas horas, llega a su hogar y descubre que su hijo ha desaparecido. Christine, desesperada, informa a la policía y ellos le informan que deberá esperar por un mínimo de doce horas para ver si el niño aparece por si solo ya que la mayoría de las madres encuentran a sus hijos al día siguiente. Algunos días después la policía encuentra al supuesto niño desaparecido, pero al llegar a la estación de tren, Christine se da cuenta de que no es su hijo y hará todo lo posible para que la policía admita que le trajeron al niño equivocado, y para recuperar al verdadero.
A su vez dirigió, actuó y produjo “Gran Torino”, otra de las películas más criticadas del director. Este film marca el regreso estelar de Clint, después de cuatro años desaparecido de la gran pantalla, ya que en la última película que se lo vio como actor había sido en el año 2004 en “Million dollar baby”.
La crítica hacia “Gran Torino” se basó en contener, al igual que otras películas de Eastwood, escenas fundadas en el racismo. Trata acerca de un viejo veterano de guerra, afectado por la Guerra de Corea, que se vio forzado a odiar todo lo que era diferente a él. Esto se puede ver claramente cuándo la casa vecina a la suya es ocupada por una familia hmong, que detesta sin ninguna razón, sin ni siquiera conocerlos, sin saber absolutamente nada de ellos. La recaudación de esta producción en su primer fin de semana en cartelera ascendió a 30 millones de dólares y en total llegó a sumar 268 millones, lo que la sitúa como una de las películas más taquilleras de toda la carrera de Clint Eastwood.
La película número treinta dirigida por Eastwood fue “Invictus” (2009), basada en la verdadera historia de la selección de Sudáfrica que ganó la Copa Mundial de Rugby de 1995. Morgan Freeman hace de Nelson Mandela y Matt Damon del capitán del equipo, François Pienaar. Las críticas a este drama deportivo fueron en general positivas. Por esta producción el cineasta fue nominado a mejor director en la 67.ª edición de los Globos de Oro.
El 2010 fue el año de estreno del nuevo drama del director, “Hereafter” (“Más allá de la vida”), en la que narra paralelamente la historia de tres personajes que han tenido algún tipo de contacto con la muerte. En esta producción el cineasta volvió a contar con el actor Matt Damon, que interpreta a un psíquico. Ese mismo año el cineasta ejerció de productor ejecutivo de un documental para el canal de televisión Turner Classic Movies (TCM) sobre el pianista de jazz Dave Brubeck con la intención de conmemorar el noventa aniversario de su nacimiento.
Al año siguiente, en 2011, Eastwood dirigió una película biográfica titulada “J. Edgar”, sobre el que fuera durante varias décadas director del FBI, John Edgar Hoover, con Leonardo DiCaprio en la piel del biografiado. El consenso en Rotten Tomatoes fue que «DiCaprio ofrece una actuación predeciblemente potente, pero J. Edgar tropieza en todos los demás aspectos».
En 2012 el actor volvió a ponerse delante de las cámaras a sus 82 años en un drama sobre el mundo del béisbol titulado “Trouble with the curve” (“Golpe de efecto”), en el que interpreta a un veterano ojeador de jugadores de béisbol. La cinta la dirige Robert Lorenz, asistente de dirección de Eastwood en varias películas.
Centrado plenamente en su labor como director, en 2014 se estrenaron dos películas dirigidas por Eastwood.
En junio llegó a los cines “Jersey Boys”, un filme biográfico musical que adapta a la gran pantalla el espectáculo teatral del mismo título, ganador de un premio Tony, y que cuenta la historia del grupo musical The Four Seasons.
Mayor resonancia tuvo la otra película del director californiano, “American Sniper”, que se estrenó en diciembre de ese año. La historia, que en principio iba a dirigir Steven Spielberg, se centra en el francotirador del ejército estadounidense Chris Kyle, que intervino en la Guerra de Irak. A pesar de las críticas negativas que recibió por su retrato del militar estadounidense, este filme tuvo un gran éxito entre el público y se convirtió en el más taquillero de 2014 y de toda la carrera de Eastwood. La película fue nominada a seis categorías en los premios Óscar 2014, incluida mejor película, y ganó el galardón a la mejor edición de sonido.
Desde los inicios de su carrera a Eastwood le frustraba la insistencia de los directores en que las escenas se filmaran varias veces y se perfeccionaran. Por ello, cuando empezó a dirigir en 1970 intentó evitar de forma consciente algunos aspectos de la labor de dirección que no le habían gustado en su etapa como actor. Eastwood es famoso por su eficiente forma de dirigir y su habilidad para reducir la duración de los rodajes y mantener el presupuesto bajo control.
Normalmente no deja que los actores ensayen y busca que todas las escenas se completen en la primera toma. La rapidez de filmación de Eastwood ha sido comparada con la de Woody Allen, Ingmar Bergman, Jean-Luc Godard o los hermanos Coen. En algunas películas en las que en principio solo iba a actuar también ha llegado a cumplir funciones de director si consideraba que el rodaje se desarrollaba con lentitud. Mientras prepara una película raramente usa storyboards para esbozar el plan de rodaje y también intenta reducir los detalles de fondo de los personajes en el guion para que el público se involucre más en las historias, pues considera que la imaginación de los espectadores es un requisito indispensable para establecer una conexión con ellos. Eastwood afirma que plantea el argumento de sus películas para dar a la audiencia los detalles necesarios, pero no «tantos como para insultar su inteligencia».
Según la revista Life, «El estilo de Eastwood es disparar primero y actuar después. Dibuja a sus personajes casi sin palabras». Los entrevistadores Richard Thompson y Tim Hunter apuntaron que las películas de Eastwood tienen «un ritmo magnífico: sin prisas, frescas, tienen un gran sentido del tempo, independientemente de la velocidad de la narración». Por su parte, Ric Gentry considera que el ritmo narrativo del cineasta es «relajado y tranquilo». Eastwood suele emplear una iluminación tenue y de mucho contraste que le da a sus filmes un aspecto similar al del cine negro. La frecuente exploración en su filmografía por los valores éticos ha llamado la atención de los estudiosos, que han explorado el trabajo de Eastwood desde perspectivas éticas y teológicas, incluido su retrato de la justicia, la misericordia o el suicidio.
“A estas alturas no le tengo miedo a nada”, admite. Como mucho tiene en su cabeza el bienestar de su familia y tampoco es miedo, es preocupación. Y poca. Dice que con tanto cine no ha tenido ni tiempo de disfrutar otros aspectos de su vida personal. Y sobre la prometedora carrera como actor de su hijo Scott Eastwood.
“Mi secreto es el mismo desde que en 1959 hice Rawhide: mantenerme ocupado. Nunca dejo que el viejo entre en casa”, cuenta Eastwood a EL PAÍS. Esperemos así siga hasta sus últimos días, ocupado, deleitandonos con sus obras maestras.
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Escrito por Camm
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