‘El Rey León’: remake 2019
Cómo volver a tener seis años, veinticinco años después…
Esta es una nota llena de spoilers. Si no viste The Lion King, no sos digno de este mundo, perdóname que te lo diga tan cruelmente. Este es el momento de que dirijas a cualquier plataforma online de reproducción de películas y veas la versión de 1994, ¡pero YA!
El Rey León fue la primera película que alguna vez vi en el cine. Tenía seis años y, en ese momento, en esa sala de cine por Capital, descubrí el nivel de empatía que iba a manejar a lo largo de toda mi vida. Primer llanto desconsolado tras la muerte de Mufasa. Risas, emociones, todos los sentimientos a flor de piel. De esto no hubo retorno.
Este remake, quizás no del todo necesario, pero con una técnica de animación ‘live action’ increíble, fue una caricia a la nostalgia. A lo mejor por calcar casi plano por plano la versión original, o tal vez por apelar a nuestra infancia y la inocencia en su estado más puro, pero, personalmente, una obra que me pareció hermosa y me conmovió completamente. ¿Quieren saber más? ¡A seguir leyendo!
Primero que nada, tenemos que hablar de las diferencias entre la animación tradicional y lo que, hoy día, conocemos como CGI. Las técnicas tradicionales de animación han sido durante mucho tiempo el dibujo animado (caricatura, dibujito o cartoon) o la animación en volumen.
La animación tradicional hace referencia a aquellas secuencias visuales realizadas en dos dimensiones. Se consiguen dibujando secuencialmente cada fotograma que componen a las obras, generando una secuencia y representación de imágenes en movimiento. Es la técnica de animación más antigua y conocida, denominada como animación 2D o animación clásica. Se diferencia de la animación en 3D principalmente por la forma de producción.
La animación en volumen o animación fotograma a fotograma (stop motion) es una técnica de animación que consiste en aparentar el movimiento de objetos estáticos por medio de una serie de imágenes fijas sucesivas.
Mientras que el CGI son imágenes 100% creadas por computadora, puramente digitales. Son el resultado de la aplicación de la infografía y, más específicamente, de los gráficos 3D. Las escenas visuales puede ser dinámicas o estáticas dependiendo del uso en el que se quiera componer la imagen; y también pueden ser bidimensionales (2D) o tridimensionales (3D). Aunque el término es más comúnmente usado para referirse a gráficos de computadora 3D para crear escenas o efectos especiales en películas y televisión, el uso de 2D es importante.
Una vez explicado esto, podemos volver a la película.
El Rey León es un éxito en taquilla. ¿Por qué? Como mencione en la intro de ese post: Disney es una marca super reconocida, apela al factor nostalgia, utiliza un presupuesto indecente en el marketing y proyecta la película en una cantidad abrumadora de salas; sin mencionar que no tuvo grandes competencias en el momento de su estreno.
La película dirigida por Jon Favreau triunfa porque es una película para chicos y para grandes que quieren volver a serlo o que, como una, en su interior, lo siguen siendo y viviendo con intensidad. Triunfa porque es nuestra zona de confort. Cantas las canciones y te sentís bien, volvés a tu infancia de un salto y a un estado de felicidad puro donde te querés quedar.
Triunfa por la misma razón que se venden millones de peluches de Simba o por la que los turistas invaden cada día Disneyland: porque es difícil (casi imposible) competir con el poder de convocatoria e influencia de la casa de Mickey Mouse.
Además, esta no es una película cualquiera de entre sus viejos clásicos, sino una que marcó un antes y un después, que representó la infancia de muchos niños en los 90′ que aún hoy la consideran una de sus películas favoritas de todos los tiempos.
La interpretación felina de ‘Hamlet’ de William Shakespeare rompió récords de taquilla en 1994 y se llevó dos premios Óscar (Mejor Banda Sonora y Mejor Canción Original) y tres Globos de Oro (a las categorías de la Academia añadió la de Mejor Película de Comedia o Musical), en ambas ceremonias encumbrando el trabajo musical de Elton John, otra obra maestra dentro del mismo film.
Sin embargo, no hago esta nota para hablar del clásico de 1994 que nos cautivó a todos, sino de la versión de este año. Cabe destacar que es un calco casi plano por plano, pero, al mismo tiempo, son dos producciones totalmente diferentes.
Esta película dividió a la crítica en dos. Tenemos a los que consideran es una obra maestra y aquellos que alegan es decepcionante. Aseguran que se siente como un homenaje conmovedor y le adhiere espectacularidad a la fábula. Pero esas mismas condiciones que algunos consideran sus virtudes, otros lo sienten como el punto más flojo.
La prensa ha criticado duramente la película, incluso los animadores de la película original hicieron lo mismo con esta versión, sosteniendo que echaron a perder lo que hizo especial a la historia en un principio.
Y, pese a todo, hay cierta mirada acrítica en la forma en que el público se está relacionado con ella. ¿Estamos cegados por la nostalgia? ¿Obviamos los errores que ha cometido en esta versión (la pérdida de personalidad en algunos de los personajes, una paleta de colores carente de vida, cantar ‘Can you feel the love tonight’ durante el día, entre otras cuestiones...) porque la conexión con nuestras memorias pasadas es suficiente para pasar un buen rato en la butaca del cine? Quizás.
Sin duda, los grandes éxitos musicales del filme enmascaran su preocupante falta de alma propia y la acaban diferenciando de un documental de Discovery Channel sobre leones en la sabana, por poco.
En cuanto a seguir el guión o atreverse a innovar en este ‘live action’ de Disney, se habla mucho del gran error que es eliminar elementos icónicos de aquellos clásicos, pero ¿Por qué queremos ver dos versiones de lo mismo? ¿No pueden las nuevas generaciones volver a aquellas películas que consideramos tótems de la animación infantil y disfrutar las dos por lo que producen juntas pero, a su vez, por separado?
Y, con respecto al resultado final de este nuevo filme, ¿hubiesen tenido un poco más de vida si no se hubiesen obsesionado tanto con el realismo y hubiesen dejado cierto margen a la expresividad? Quizás lo que le falto fue eso, animarse a un poco más.
Mezclar el CGI, con el cual hicieron un excelente trabajo, con algunas ideas de la original como el estallido de colores y la psicodelia de los momentos musicales de la versión original.
Igualmente, se tomaron decisiones, en los pocos planos donde se diferencia de la original, y en los diálogos de los personajes, que considero muy acertados. Esos son los pequeños momentos que te despegan de la versión de 1994 y te dejan vivirla como un todo en sí misma. He escuchado críticos decir que, mientras la miraban, solo deseaban volver a ver la otra versión; pero, personalmente, considero que, si bien constantemente apelaba a los recuerdos y al pasado, la viví como una nueva historia, una película diferente, con muchos puntos en común pero original.
Los cambios más notables entre 1994 y 2019
Zazu: Este personaje pierde parte de su personalidad, deja de discutir sin sentido aparente y llevarle la contra a Simba en todo lo que hace, contrario a la versión original, es mucho más relajado.
Además, su relación con Mufasa, se representa a otro nivel, son mucho más colegas que jefe y subordinado.
Las hienas: La escena del cementerio de animales, si bien aumentó en tensión y en acción ya que nos presentan un auténtico ejército de hienas persiguiendo a Simba y a Nala, a nivel escenográfico no es más que un lugar abandonado; pierde la fuerza que tenían los huesos gigantes de mamut en la entrada del mismo, como se nos presenta apenas llegan los cachorros a él. Por otro lado, Shenzi se convierte en la líder del grupo y tiene bastante más presencia en pantalla. Aunque, contrario a lo que sucede en 1994, no se diferencia a las tres hienas protagonistas con sus características físicas y pierden sus personalidades, son todas bastante similares entre sí.
Rafiki: es un personaje central en la historia, pero deja atrás su versión más caricaturesca del original animado para pasar a ser un personaje menos hablador, mucho más místico y pausado. Sin contar con la gran perdida de esta película que, durante la pelea, falta su escena icónica del bastón y los codazos a las hienas.
‘Be prepared’: El número musical de Scar cambia por completo, convirtiéndose en algo más cercano a un discurso que a una canción. La voz de Chiwetel Ejiofor recita con rabia las primeras líneas del número y le da una fuerza totalmente diferentes a la original.
Una de las diferencias que más se le nota, es la cita al régimen nazi, militar; y la fortaleza que la imagen de las hienas marchando le daban a este momento musical en pantalla. Esta nueva versión, igualmente, hace mucho más hincapié en la destrucción de la naturaleza, desviando la atención del hecho en sí mismo.
‘The lion sleeps tonight’: Uno de los momentos más divertidos del original de 1994. En el clásico de Disney solo podemos escuchar un pedacito de la canción, cantada por Timón; pero en esta nueva versión, no solo canta Timón, sino que se le unen varios animales más alargando el número musical y convirtiéndolo en un momento memorable de esta nueva versión.
Nala: Este es el personaje que más gana en este remake, ya que tiene mucha más presencia en pantalla. Se nos explica cómo huye del ejército de Scar, con ayuda de Zazu, para buscar ayuda fuera del Reino, e incluso tiene escenas de batalla contra las hienas, peleando al lado de Simba.
Girls’ power: Más allá del machismo explícito de la película, queremos creer que esto se debe sobre todo a la época de la versión original; se percibe que quisieron darles más peso a los personajes femeninos. Esto queda demostrado con Nala y la no subordinación de Sarabi frente a Scar.
Can you feel the love tonight?: Increíble que esta escena suceda durante el día. El modo en que pasa el tiempo cuando Simba se encuentra con Nala, lejos está de parecerse a la original, en la cual la re-conexión entre ellos parece durar un tiempo más largo e intenso.
Personalmente sentí la falta de la escena en que él se arroja al río y la tira a ella, cambiando los parámetros estipulados al principio del film cuando ella remarca lo poco que a él le gusta el agua. No sé cuanto realmente contribuye esa escena a la trama, pero a nivel animación considero podría haberse visto interesante en pantalla.
Realismo: Quizás el mayor problema de esta adaptación es que peca de ser obsesivamente realista. Si bien la idea del live action era generar imágenes por computadora que nos lleven a la selva, a vivir con leones de verdad; la carencia del surrealismo que presenta el original, le quita esa magia que nos hacía transportarnos a otro mundo. Muchos comparan esto con ver documentales. Igualmente considero este cambio una decisión acertada por parte de la adaptación. Si bien, plano por plano es casi lo mismo que la original, los pocos cambios (tanto en lo visual como en el guión) me parecen muy convenientes.
Personalidad: Lo más criticable de este film es que le faltaron emociones a los personajes. Más allá del realismo, algunos guiños a su forma de ser, que es tan clara es en la original y tanto nos gustaba para diferenciarlos con mayor facilidad, hubiesen sido más apreciados por los fanáticos de la película.
‘Be our guest’: Me pareció una cita hermosa que Timón y Pumba, en el momento de distraer a las hienas para que Simba y Nala puedan acercarse a la roca hagan un homenaje a ‘The Beauty and the best’ cantando esta canción en lugar del hula que bailan en la original que, si bien es excelente y super gracioso, es otro tipo de sensación la que nos trasmite. A Disney le gusta jugar con la nostalgia y nos dio en todas las fibras sensibles que encontró a mano.
Ahora bien, redondeando la idea, cabe destacar que considero que este remake honra a la original; es realmente una maravillosa adaptación, un excelente trabajo cinematográfico. Visualmente impactante, con una técnica de animación increíble. Creo que somos realmente afortunados todos los que pudimos ver ‘El Rey León’ en su versión original para, veinticinco años después, volver a revivir ese momento de manera muy similar, pero, a su vez, muy diferente.
Posiblemente no sea la mejor película de todos los tiempos, lejos estoy de poder ser subjetiva, no puedo separar la nostalgia de la cinéfila. Personalmente la disfrute mucho. Me emocioné hasta las lágrimas, reí, canté y sonreí como esa niña que fue al cine hace ya tantos años, por primera vez, a disfrutar de esta película.
Viaje en el tiempo y volví a ser chiquita por poco más de hora y media. ¿Cómo podría no funcionar el film si nos devuelve a nuestra infancia feliz? Tenía miedo de que no cumpla mis expectativas, sí, no puedo mentirles. Pero la realidad es que no defrauda, honestamente, me encantó.
Vayan a verla con la idea de que NO es la original, no puede serlo; pero es un momento que vale la pena revivir. No hay una mejor versión, son dos cosas distintas que se complementan a la perfección entre sí.
Y, si me piden una última opinión personal, véanla en su idioma original. La voz de Mufasa, nuestro Mufasa de 1994, los va a trasladar en el tiempo en un parpadeo.
Este film es un rugido que atraviesa el corazón, una caricia a la nostalgia y nuestra niñez.
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Escrito por Camm
Contenido recopilado de Internet
Avanti! Producciones
kiara
05/08/2019 at 18:32
Mejor película del año. Por mucho.