Blog de una viajera: Universal Studios (USA)
De los lugares en el mundo que no podés dejar de conocer.
Viajar a Los Ángeles tenía una parada obligada en su recorrido…
Si bien soñaba con sentarme en el sillón de ‘Friends’ en Warner Bros Studios, o conocer las oficinas donde Hitchcock desarrollo sus clásicos del cine de suspense en Paramount Pictures. También tenía la ilusión de visitar Springfield, encontrarme con el DeLorean, el gran amor de mis amores, y vivir una experiencia de estudio donde pudiese contemplar los escenarios de ‘Tiburón’, ‘Psicosis’ o ‘Jurassic Park’.
Es por esto que no sólo tuve que visitar Universal Studios en LA sino que necesitaba ir también a Orlando para ver la otra cara de la misma moneda. Porque, hay que admitirlo, son unos genios, encontraron la manera de dividir el contenido justo a la mitad, donde una no es nada sin la anterior y, no me quedó otra que caer en sus garras…
Hoy, en ‘Diario de un viaje’, un recorrido por Universal Studios x2. Porque siempre se puede ser más manija. ¿Vienen conmigo?
La primera parada de nuestro viaje fue Los Ángeles, por lo que, el primer Universal que visitamos, fue el de ésta locación.
Este es el estudio que cuenta con un tour, dado que tiene los stages donde se han filmado grandes películas como ‘La guerra de los mundos’, o la serie de televisión ‘Desperate Housewives’, entre muchas otras. Como amante del cine no podía dejar pasar la oportunidad de conocer estos escenarios que aún se encuentran recreados a lo largo y ancho de todo el espacio que comprenden.
Universal Studios Hollywood se encuentra en Universal City, justo al noroeste de Hollywood y Hollywood Bowl. Para llegar hasta allí nos tomamos la ‘Red Line’, la línea de subte color rojo, que nos acercó a una parada donde unos micros muy simpáticos, ploteados con películas (el nuestro tenía muchos minions por todos lados), sin vidrios y abiertos para disfrutar de la vista; nos acercó hasta la entrada del parque. Porque, recuerden, además de tener estudios donde realizan filmaciones y varios escenarios conservados en perfecto estado, cuentan con muchísimos juegos y simulaciones también de series y películas. Por lo que es una locación inmensa.
Al ingresar al parque hay dos secciones características que destacan frente al resto.
Por un lado, la gran bola en forma de mundo plateado con las palabras Universal Studios en dorado que gira en loop. A su alrededor, una fuente de agua. Y la puerta con una gran arcada que reza las mismas palabras dándonos la bienvenida a este mundo de ensueño.
Apenas cruzamos esta puerta, encontramos otra fuente. Esta vez con una hermosa representación de un detrás de escena, para nosotros los técnicos es un guiño, donde posan tres estatuas. El camarógrafo, el sonidista y el director, mirando ‘lo que están filmando’, que se encontraría en el lugar en el que nos paramos a contemplarla.
Seguimos caminando entre una multitud de gente, no nos detiene el día nublado ni la llovizna. La primera parada obligatoria es el tour por el estudio propiamente dicho y hacia allá vamos.
Hacemos una larga fila. Si van a Universal Studio o cualquier otro de los parques tanto en LA cómo en Orlando, lo primero que deben mentalizarse es que van a tener que hacer largas filas y esperar bastante tiempo. Pero, les afirmo con convicción, vale la pena cada segundo. Aunque, mientras caminamos y nos mantenemos parados detrás de un montonazo de gente, nos fastidiemos, al llegar a la atracción todo eso queda atrás y olvidado, se los prometo.
Mientras esperábamos, había dispuestas varias pantallas que reproducían escenas de películas rodadas en Universal con algunos datos curiosos de ellas.
Cuando llegó el momento de acomodarnos en los micros, nuevamente como carros de golf gigantes, tamaño colectivo, pero todos abiertos para poder apreciar los alrededores. Corrimos hacia los costados para quedar acomodadas “en las ventanas”. Es indispensable para poder grabar, sacar fotos e inmortalizar cada momento.
El recorrido empezó, como el resto de los tour de estudio, entre las ciudades de papel, como me gusta llamarlas.
Nunca falta Nueva York entre las construcciones, sus teatros, callejones, bocas de subte. Es como estar realmente allí. Siempre lo más loco de estos escenarios es ver cómo detrás de ellos no hay nada, son una pared de una dimensión, cual teatro, sostenida por algunas maderas.
Seguimos avanzando y nos encontramos con un lugar histórico, al menos para mí. Frente a mí, estaba un edificio nominado “city hall” que, al verlo, reconocí al instante. No era nada más, ni nada menos que LA TORRE DEL RELOJ. Dónde cae el rayo, y alrededor de donde gira la película ‘Back to the future’. La emoción empezaba a crecer dando zancadas. Ver ese reloj ya fue una caricia al corazón y mi infancia.
Al alejarnos un poco de la ciudad, en la que no hago mucho hincapié porque no es nada que no les haya contado en la visita a Warner o a Paramount; encontramos una exhibición de autos de películas. Entre los que destacan: el auto de Biff en ‘Back to the future part I’ durante los acontecimientos que suceden en 1985; la esfera donde los chicos recorren y quedan atrapados en ‘Jurassic Park: lost world’ entre los autos utilizados en la saga de ‘Rápido y Furioso’.
Pegadito a todos estos automóviles, nos encontramos con algunos destrozos que corresponden a la primera y segunda película de ‘Jurassic Park’. Hallamos uno de los autos de la primera parte de la saga entre huesos de dinosaurios, el laboratorio de la segunda entrega y un simpático T-Rex que nos saluda mostrándonos los dientes.
Nos adentramos en el desierto y observamos cómo se produce una tormenta que termina en inundación. El guía nos explica que utilizan varios ‘galones de agua reciclada’. Unos rociadores sobre los techos para lograr la lluvia, unas chapas para el viento que da sensación de tormenta. Y unos tanques que sueltan la misma en grandes cantidades. Además de un dispositivo que hace que los elementos de la escena se muevan/caigan con ella dando la sensación de que la inundación arrasó con todo a su paso.
Cruzamos una especie de montaña y nos topamos con los restos de un auto en llamas pertenecientes al film ‘King Kong’. Ingresamos a un túnel, en el que ya no podemos filmar porque es momento de utilizar unos lentes 3D que nos prestaron para el tour. Y nos vemos inmersos en una lucha entre un mono gigante y, no uno sino dos, T-Rex. Sentimos el viento en nuestros cuerpos, la saliva de estos animales en nuestra cara.
El carro en el que estamos se agita de un lado hacia el otro y, gracias a la ilusión de las pantallas 360° y los movimientos del mismo, nos vemos cayendo por un abismo, sentimos como estas criaturas saltan de un lado así al otro sacudiéndonos y poniéndonos en peligro.
Es una excelente experiencia. Podríamos llamar esta experiencia: 4D, pero no sé si podríamos sobrevivir una película completa con este nivel de intensidad. Finalmente vemos como King Kong vence a su oponente, dejándolo caer y salimos airosos del combate.
A medida que vamos recorriendo, vemos algunas pantallas dentro del carro, mientras el guía nos cuenta anécdotas de los estudios o reproduce fragmentos de películas que se filmaron en los alrededores de los lugares que vamos visitando. Notamos las grandes variaciones que sufre un mismo escenario para cambiar su tono y adaptarse al film en el que participará como locación.
Seguimos avanzando y nos encontramos con los destrozos que produjo la llegada de los extraterrestres en ‘War of the worlds’. Vemos un avión de verdad, un 747, que destruyeron para darle mayor verosimilitud a los acontecimientos rodados. También observamos varios autos dados vuelta, un autobús escolar, ropa y accesorios varios provenientes de las casas de los alrededores.
Luego encontramos otro escondite, pasamos por el taller donde arreglan los autos de la saga de ‘Rápido y Furioso’. Vemos a su elenco, a los que les tienden una trampa, y tienen una pelea entre hologramas, música fuerte y sacudidas de nuestro carro. Esta experiencia no es tan grandiosa después de haber visto a King Kong pelear con dinosaurios, pero no deja de ser divertido sentirse atrapado entre balas, disparos y una pelea entre actores que parecieran estar presentes en el mismo espacio tiempo que nosotros, pero que no están ahí.
Volvemos a salir al exterior y se presenta ante nosotros la playa dónde aparece el tiburón que le valió a Steven Spielberg gran parte de su fama. Vemos su aleta en el agua, mientras suena la banda sonora de ‘Jaws’, un clásico del cine de taquilla.
Muy cerca de este lago artificial, encontramos Bates Motel, el hotel de ‘Psicosis’. Podemos observar a Norman cargando en sus brazos el cuerpo inerte de Marion y metiéndolo en el baúl de un auto para luego, notar nuestra presencia, sacar un gran cuchillo y, al compás de los violines del soundtrack del film, dirigirse hacia nosotros de modo desafiante.
Para calmar las aguas, después de tanto ‘terror’, nos dirigimos hacia un pequeño pueblo, reconocemos varias de las casas de ‘Desperate Housewives’, el set que conocimos en la serie como Wisteria Lane, donde cinco amigas vivieron muchas aventuras, de diversas índoles, durante ocho temporadas.
Inmediatamente después, volvemos a ingresar a un set que está ambientado como la boca del subte de New York, un set preparado para sufrir un terremoto y representar las consecuencias del mismo.
Vemos como empieza a temblar el suelo, las paredes. Un subte que viene ingresando a la estación descarrilla, haciéndose añicos sobre sí mismo. Se cae el techo, dejando al descubierto las calles de la ciudad que ingresan al subterráneo junto a varios postes de luz. Se produce un cortocircuito que deja sin luz el lugar, luego una pequeña chispa y un incendio a la par que sucede una inundación.
Después, todo vuelve a la normalidad, como en rewind. Los objetos se acomodan dónde estaban en el origen del accidente y salimos sin consecuencia alguna de la catástrofe.
Es increíble la cantidad de sets que tiene preparados para este tipo de filmaciones. Es cuestión de cambiar algunos elementos de la utilería, quizás utilizar pintura de diferentes colores y, una locación se vuelve fácilmente otra. Lista para el próximo rodaje, con todos los artefactos ubicados y dispuestos para realizar un movimiento particular que ayude a la sensación de verosimilitud que capta la cámara con su lente.
Me parece de las situaciones más maravillosas para vivir siendo amante del cine. Ver el detrás de escena tan tangible que sentís en tu cabeza que sos capaz de realizar el mismo tipo de producción. Porque entendés el funcionamiento, si tan solo tuviéramos los recursos…
Damos por finalizado el recorrido volviendo al inicio, pero no sin antes desfilar por entre los stages y una larga hilera de posters de estrenos de películas más importantes, uno por cada año que hace que el estudio produce films, un recorrido por la historia de su filmografía.
Una vez de vuelta, el primer lugar que necesitamos conocer es ‘Springfield’ porque, qué es de nuestra vida sin ‘The Simpsons’. No sé ustedes, pero yo soy una fanática enferma que, cada tres frases que dice, usa cinco de los guiones de sus capítulos. Sigo viéndolos y maravillandome de la cantidad de escenas que están recreadas o copiadas tal cuál de películas clásicas y otras no tanto.
Hacemos un recorrido general y nos encontramos con ‘La taberna de Moe’, la ‘Penitenciaría de Springfield’ donde observamos a Bob Patiño queriéndose escapar colgado de una sábana de ella, o a Snake rompiendo las ventanas de la comisaría también para liberarse. ‘Krusty burger’, ‘Luigi’s pasta’, el jefe Gorgory comiendo una dona frente a su patrulla, Milhouse sentado en un banco de plaza. Es increíble ver una ‘ciudad de dibujitos’, recreada en el mundo real.
Seguimos avanzando, además de recorrer, no queremos perdernos los espectáculos e ingresar a algún que otro juego. Confieso que no soy una persona muy fan de jugar, pero en un lugar así, es imposible venir y no dejarse llevar por la adrenalina del momento.
Primero ingresamos a una demostración de FX.
Allí nos mostraron como tres personas, seleccionadas de entre el público, con algunos instrumentos random, hacían el foley de una escena. Asumo la mayoría de nosotros está familiarizado con el concepto, pero, en caso de que alguno de ustedes tenga dudas lo recordamos. Foley es la representación de los sonidos de una escena en una sala. Refuerza el verosímil de la trama o agrega sonidos que no pudieron ser capturados por el sonido ambiente en el momento de la grabación de la misma. Por ejemplo. En esta escena había una pelea en la que una persona se tropezaba con un tacho y caía y luego se golpeaban entre sí. Los participantes contaban con maderas, unos micrófonos, unos papeles y algunos accesorios que. A simple vista nada tenían que ver con lo que sucedía, pero esa es la magia del Foley. Recrear sonidos con objetos que no son los que en la vida real producirían ese ruido.
Después otra chica fue a participar y nos mostró como la cortaba con un cuchillo retráctil que contenía sangre en su empuñadura para que, al “apoyarse” sobre la piel, se retraía y dejaba caer el líquido que daba la impresión de que le estaban cortando las muñecas y sangrando.
Por último, un doble de riesgo, nos mostró como lo prendían fuego, cubriéndolo de un material especial para que no se queme. Corriendo y aguantando mientras le tomaban el tiempo por cronometro y como luego, sus compañeros, apagaban el mismo con extintores.
Sucedieron otras cosas que no vale tanto la pena mencionar, pero el mundo de los efectos especiales es increíble, super ingenioso y divertido.
Continuamos avanzando y nos encontramos inmersas en el mundo de ‘Harry Potter’. Como ya les conté en notas anteriores, haber estado en los estudios de UK de Warner fue la mejor experiencia respecto a ésta saga de películas, pero nunca no es un gran momento encontrarse con el tren que te lleva a Hogwarts. Pasamos por entre las tiendas de Hogsmeade, y sus techos llenos de nieve, y continuamos avanzando hasta volver a llegar a este castillo tan característico de estos films. Con diferencia a lo que sucedió en Londres, a esta versión de la escuela sí podemos ingresar.
Dentro de él encontramos una recreación fiel a las películas, nuevamente tenemos que aguantarnos una fila eterna para ir a la principal atracción, en la que, a modo de montaña rusa, nos sentamos en unos asientos laterales, que se sacuden para ambos lados, para arriba y hacia abajo a gran velocidad, y volamos en la escoba como Harry, Ron y Hermione.
Los vemos jugar al quidditch, nos escapamos de dragones que escupen fuego y nos da calor en la cara y el cuerpo, de los dementores; atravesamos una lluvia en la que nos mojamos y zafamos con mucha suerte del sauce golpeador que, al vernos acercanos, prepara sus puños listo para atacarnos.
La adrenalina, el vértigo, la cantidad de emociones que sentís durante 10 minutos en esa travesía, es imperdible. Cualquier amante de esta saga necesita vivir esa experiencia.
Ya es momento de ingresar a las tiendas y mirar el merchandising mientras continuamos caminando, es gigantesco el predio en el que está alojado el estudio. Quedan advertidos que se van a querer comprarse TODO. Así que evítenlas la mayor parte del tiempo que puedan.
Es hermoso como de un lugar a otro va cambiando la ambientación, no de forma brusca sino super armoniosa. Hogwarts se transforma gradualmente en un templo egipcio que luego es una pirámide donde encontramos a la momia y sus faraones. Luego se levanta ante nosotros la casa de Gru en ‘Mi villano favorito’, un lugar futurista al mejor estilo de ‘Transformers’ o una vieja y abandonada fabrica donde hay que escapar de zombies al buen estilo ‘The walking dead’.
Y estas últimas fueron las atracciones que decidimos visitar. Ya no teníamos muchas ganas de seguir haciendo filas de horas, pero no quisimos perdernos la atracción de ‘Transformers’, ya que nos la habían recomendado, y fue de las mejores elecciones que hemos hecho en este viaje.
Luego de caminar por dentro de bases militares y escuchar conversaciones de inteligencia hablando de extraterrestres y la piedra angular de la civilización, los problemas entre autobots y decepticons, llegamos al lugar en el que nos subieron a un carro militar, y nos mandaron a salvar a la humanidad. No sé si habrá sido suerte, pero estar sentada en la primera fila me permitió tener una experiencia extraordinaria.
La ilusión de movimiento que pueden generar en dos habitaciones, que parece que te hacen recorrer kilómetros en ese carrito tan solo sacudiéndolo un poco mientras son las pantallas en 360° que cambian de imágenes y dan la sensación de desplazamiento y paso del tiempo es para aplaudirlos de pie. Te encontrás en una pelea entre Bubblebee y un decepticon, el carro se va moviendo intentando esquivar los golpes, caes de un precipicio de cabeza hacia las manos del Camaro amarillo que te mira a los ojos intensamente y te salva la vida, entre edificios y explosiones.
Juro que es muy difícil explicar con palabras esa experiencia, pero es muy similar al 4D de ‘King Kong’ o ‘Harry Potter’. La sensación de movimiento sumado al viento, el agua, el calor del fuego que te imprimen, te transporta al interior de ese pequeño fragmento del film diseñado para que disfrutes de aquello que vivís a través de la pantalla, te hacen sentir parte. Es increíble.
Y, por último, ya con las bolsas llenas de chucherías, vimos que en la atracción de ‘The walking dead’ no había tanta gente y decidimos ingresar. De por sí es una serie que comencé a ver, aguante varias temporadas esperando que mejore y no hizo más que empeorar, haters’ gonna hate, sorry about that. Pero quería vivir una experiencia zombie en vivo y en directo.
La realidad es que soy difícil de asustar y quería probar que alguien podía lograrlo, y quiénes mejor elegidos para esto que aquellos que se dedican a producir terror, suspenso y sustos. Cabe destacar la desilusión que me lleve. Caminando en una fábrica abandonada, luego en un hospital similar al de la primera temporada, con algún que otro zombie que salía del algún recoveco haciendo sus sonidos característicos. Algún que otro que parecía muerto y “te atacaba” o se te acercaba de repente. Nada que valiera la pena…
Así termino el paseo por el primer Universal. Y se preguntarán ¿para qué tuviste que ir al otro si varias de las atracciones deben ser las mismas? Excelente pregunta. Porque no todo es exactamente lo mismo y sucedió que, al momento de visitar Los Ángeles, la atracción de ‘Jurassic Park’ estaba cerrada porque estaban preparando un nuevo lanzamiento que sucedió apenas unos meses después de mi visita. Y, no podía irme de EEUU sin encontrarme cara a cara con el DeLorean. Creyeron que estaba exagerando cuando dije más arriba que era mi gran amor, ¿no? Bueno, no.
Que no haya quedado nada de ‘Back to the future’ en este parque se debe a un incendio que se produjo en 2008 y afecto principalmente en la parte de oficinas, set de filmaciones y construcciones para depósito de materiales, en la que perdieron mucha utilería. La mayor parte de lo destruido correspondía a algunos escenarios de filmación, entre los cuales obraba una réplica de ciertas calles de la ciudad de Nueva York, una iglesia que -adaptándola- se utilizaba para diferentes films, los escenarios donde se filmó la película ‘King Kong’, la plaza que se utilizó en la filmación de la película ‘Back to the Future’, el famoso motel que fue escenario de la película de Alfred Hitchcock ‘Psicosis’, y otros sets de características análogas. Algunos de ellos fueron reconstruidos, como vimos a lo largo del recorrido, pero otros no pudieron ser recuperados.
Por eso esta aventura continuó en Universal Orlando.
Si el primero era inmenso, no se imaginan el tamaño del segundo. Además, está dividido en secciones. Nuestra primera parada fue ‘Adventure Island’.
Para llegar hasta allá primero tuvimos que pasar, nuevamente, por el mundo giratorio característico del estudio. Con diferencia al anterior, este no solo tiene forma sino los colores del planeta, pueden diferenciarse los océanos de la tierra y las palabras son blancas y doradas. Cruzamos la misma puerta que en el parque anterior y nos adentramos caminando a la aventura.
Una vez en ‘Adventure Island’, fuimos a la mejor montaña rusa de todos los tiempos. Una montaña rusa de agua a través del parque jurásico. ¿Pueden imaginarlo? Ingresamos a ‘Jurassic Park’ al igual que en la primera película de la saga, a través de las puertas arcadas. Vimos algunos dinosaurios escondidos entre la vegetación. Escuchamos como los velociraptors se hacían un festín con algún herbívoro que no logró escapar de sus garras. E ingresamos en los conteiner de la segunda entrega de la saga, donde intentan apresar algunos dinosaurios para llevar a la ciudad.
Y en ese lugar se produjo uno de los momentos más maravillosos de todos los tiempos. Mientras el carrito subía, preparándose para la caída, apareció en T-Rex, amenazante, bajando su cabeza y acercando sus filosos dientes hacia nosotros. Y, cuando estaba a punto de devorarnos, caída libre, agua salpicando y volando hacia todos lados, muchos gritos y risas. Insisto, no soy super fan de “jugar” pero qué lindo ser, por un leve lapso de tiempo, parte de esa película que te encanta.
Recorrimos muchísimo tiempo bajo el sol y el calor de los últimos días de la primavera. Ingresamos a una atracción en la que pudimos volar en la bicicleta de ‘E.T. the extraterrestial’. Ayudamos a nuestro simpático amigo a volver a su planeta. Mientras recorríamos el bosque en el que él y Elliot se adentraron para crear el “teléfono”, dispositivo con el que lograría ponerse en contacto con su hogar y los suyos.
Y, cuando salimos, el clima tropical se hizo presente. La tormenta del siglo estaba frente a nosotras, incluso sobrevivimos a una alerta de tornado. Nos empapamos, pero por suerte hacía una temperatura agradable, literalmente nos pasamos por agua. Dimos otra vuelta por Springfield, este un poco más pequeño que el anterior o quizás, más puntual y con menos lugares pero con algunos monumentos que no estaban en el otro parque.
Caminamos, caminamos, caminamos… Hasta que, al fin, llegamos al lugar que tanto se me estaba complicando encontrar. Se había comenzado a apoderar de mi la desesperación. Qué pasaba si había ido hasta ese lugar y no podía ver eso que tanto anhelaba. Pero, la suerte me sonrió.
Frente a un lago, se encontraba la locomotora con la que el Doc vuelve del lejano oeste, allá por 1885, al presente en ‘Back to the future part III’. Estaba tan cerca pero, dónde estaba el auto de mis sueños.
Y, de pronto lo vi, escondido tímidamente detrás de ella, el más hermoso auto de todos los tiempos (hablando de películas claro está, y sí, con el más merecido respeto, le pasa el trapo al hermoso Camaro amarillo que es Bubblebee): el DeLorean del final de ‘Back to the future part I’.
Quieren saber lo que es la felicidad, yo en ese momento. Estaba donde quería estar, citando a ‘Eterno resplandor de una mente sin recuerdos’, podía morir en ese lugar y era feliz. Inmensamente feliz. Misión cumplida. Ya podía irme en paz.
Seguimos caminando y pasamos por Beverly Hills y el cartel que nos invita a adentrarnos en las mansiones de los famosos. Y Nueva York, su biblioteca pública, sus calles características.
Terminamos en ‘Diagon Alley’ paseando por entre sus tiendas escondidas. Y, luego de un milkshake de chocolate espeso, como en la película ‘Can’t buy me love’. Y una torta de manzana tibia deliciosa, dimos por finalizado nuestro paseo por los estudios.
Una experiencia increíble. Poder estar inmerso en esos mundos de ficción y fantasía con los que siempre soñás e invertís horas mirando en esos maratones de películas o series, es de los momentos más satisfactorios en la vida de un cinéfilo.
Si sos un amante del cine y viajas a LA u Orlando, date una vuelta por alguno de los estudios. No son baratos, no voy a mentirte, sobre todo aquellos que además cuentan con juegos y atracciones. Pero los tours que te permiten espiar los detrás de escena, las ambientaciones y locaciones de tus películas favoritas, vale cada centavo y segundo de tu tiempo.
Si ya fuiste o vas a ir y tenés alguna pregunta, o querés agregar algo que hayas visto y yo me haya perdido, déjalo en los comentarios. Me muero de ganas de saber cómo fue tu experiencia.
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Gracias por acompañarme en esta aventura. Espero lo hayas disfrutado tanto como yo al compartirlo con vos.
Escrito por Camm
Avanti! Producciones