Sky Rojo: Review
De los creadores de ‘La Casa de Papel’ llega… ¡Sky Rojo!
Con esta forma de anunciarla, ya deberíamos habernos imaginado lo que nos íbamos a encontrar en pantalla. Después de cómo destrozaron ‘La casa de Papel’ luego de su segunda temporada, no podíamos esperar mucho más.
Por eso queremos hablar la polémica que generó esta nueva serie de Netflix, que se centra en un grupo de prostitutas que se fugan del “club” en el que se encuentran secuestradas y quieren empezar una nueva vida. Una serie que pretende ser una crítica hacia la sociedad, pero ni siquiera lo intenta. Te contamos todo lo que está mal con Sky Rojo y por qué termina siendo una serie nefasta. Acompañanos…
Nos encontramos en un contexto social en que existen determinados temas que poseen una connotación que hace años no tenían. Por lo que es sumamente importante abordarlos con la seriedad y profundidad adecuada, teniendo en cuenta la sociedad actual y los cambios que se vienen germinando y experimentando. Creemos que, cuando no hay nada nuevo para aportar, es mejor no decir nada.
Suele suceder que, cuando un tema se vuelve “popular” todos quieren subirse a la ola y no perderse la emoción del momento, hacer resonar sus nombres y creaciones junto a la problemática. Ser socialmente correctos, dejar un mensaje, una moraleja; marcar que están a favor, inmortalizar su punto de vista.
El problema reside cuando esto se convierte en una banalidad y el mensaje termina siendo vacío, se diluye. Cuando lo único importante que se dice, es aquello que ya todos tenemos o, a esta altura, deberíamos tener claro de antemano.
A veces, cuando no hay nada nuevo que aportar, es mejor, simplemente, mantenerse al margen de ciertas cuestiones y no intentar seguir a la muchedumbre para complacer ese tema que falta indagar.
Sin más preámbulos, comencemos.
Los que consumimos series hace años, hemos visto un poco de todo en pantalla. Sabemos que, dependiendo el año en la que se estrena una serie o película, tendrá una visión acorde a la época, con contadas excepciones. Y, al menos intentamos, plantarnos en ese lugar al ahora de analizarla. si hacemos una crítica al respecto, es entendiendo dónde surgió, quién la creó y en que contexto.
El problema surge cuando, la época es la actual, la temática es la lucha feminista que se viene gestando hace años y, recientemente, tuvo sus más notorios avances; y es abordada con una mirada machista, alejada, sin comprometerse por completo. Simulando hacerlo, queriendo ser parte, pero mostrando una visión totalmente ajena de los hechos.
Son pocas las veces que directores y guionistas se involucran con un tema de relevancia social. Es por esto que, al conocer sobre esta nueva serie llamada Sky Rojo, una luz esperanzadora nos iluminó, nos hizo brillar los ojitos. Ilusamente pensamos que, finalmente, alguien tenía algo profundo para decir de una temática que hace años es una tortura para muchas mujeres. Ya vimos películas y casos donde, generalmente, nos cuentan las experiencias de madres o familiares que lucharon por rescatar a sus hijas o similares, pero por primera vez (el menos que recordemos) íbamos a poder ponernos en la piel de estas chicas víctimas de trata de personas. Dato no menor.
Viendo el tráiler y los avances de la serie, o los comentarios que las actrices compartían en sus redes sociales, se anunciaba que nos íbamos a indignar, conmover, entre tantos otros adjetivos.
Tristemente, lo cierto es que lo que terminando indignando no es la realidad que representan, sino el abordaje banal y sexualizante con el que lo hacen, el cual, en teoría, es lo que pretenden cuestionar. La serie termina siendo un conjunto de estereotipos, de momentos en los que terminas cuestionando las verdaderas intenciones de los personajes, como si se forzaran a sí mismos a terminar en las situaciones en las que se ven envueltos. Como si no fuese más que eso: ficción. Como si el verdadero objetivo se alejara por completo de la crítica social para no ser más que mero entretenimiento. Lo que podríamos comprender en otro contexto social, ya que visual o técnicamente hablando, la serie tiene cosas interesantes, pero hace agua por todos lados.
Honestamente, en nuestra humilde opinión, sentimos que ni siquiera lo intentaron como es debido. No se comprometieron con la causa al 100%, trataron los temas con tibieza, como si quisieran hacer episodios que contenga tintes de crítica social, pero se quedaron a medio camino. Quizás para no ofender a la audiencia tomaron esta postura alejada, ya que hay temas que necesitan tratarse con determinada sensibilidad, pero termino ocurriendo todo lo contrario. Terminaron indignando a la mayoría de sus espectadores. Y dieron qué hablar, eso se los concedemos.
El armado de la serie parece ser tan simple como la búsqueda de algunas actrices con caras y cuerpos hegemónicos, de diversas nacionalidades para brindarle “más realismo” al hecho de que las mujeres raptadas para la trata suelen venir de diferentes lugares del mundo; le agregaron una dosis de acción y listo, nació Sky Rojo.
No hay un hilo conductor en la trama. Es decir, sí, la base son tres prostitutas intentando escapar de su proxeneta luego de golpearlo y darlo por muerto. Siendo perseguidas por sus captores e intentando escapar. Pero, justamente, con estas bases, podrían dar un discurso contundente sobre las vivencias de estas personas y todos los traumas que eso conlleva. En vez de eso, terminan estereotipando, como mencionamos anteriormente.
Hablan de violencia y, si bien hay algunos momentos en los que vemos sangre, tampoco se centran en esto. Además, nos presentan un poster que parece una película Hollywoodense de clase B de los años 60′, mostrándonos armas y mujeres empoderadas, distando de lo que vamos a ver durante el desarrollo de la temporada. Esta imagen tiene un tinte similar a los posters de ‘Stranger Things‘, que aborda una temática de ciencia ficción totalmente opuesta a esta serie.
La estética, muy similar a ‘Once upon a time in Hollywood‘ de Quentin Tarantino. Busca jugar con el ‘pulp’ (a lo Pulp Fiction) convirtiendo la prostitución en un espectáculo que busca criticar la trata y, a la vez, convertirla en un entretenimiento atractivo. Y ahí es donde está el mayor error y la peor decisión, la trata de personas es una temática que no puede ni debe ser presentada bajo ninguna circunstancia como entretenimiento.
Si quisieran mostrar crudeza, desarrollarían una escena de violación con la fuerza del contenido dramático de Irreversible, de Gaspar Noé. Y ahí nos estarían dando un mensaje claro y conciso. En su momento, esta escena indigno, revoluciono e hizo que el público de Cannes se levante y abandone las salas. Eso es lo que este tipo de temática tiene que generar: repudio. Ser tan brutales que no podamos resistirlas, pero que el mensaje llegue fuerte y claro.
Para decirlo sutilmente, podemos notar como los episodios terminan llenos de planos para el disfrute del caballero.
Estas mujeres, sexualizadas como personajes, terminan también sexualizadas como actrices frente a la cámara. No vamos a poner en tela de juicio las actuaciones, no vinimos a hablar de si los personajes están bien interpretados por las personas que los encarnan, sino del guión que tuvieron que interpretar, de cómo la cámara se planto en la perspectiva de los ojos equivocados.
Visualmente tenemos colores muy atractivos, así como elementos en el decorado que ambientan a la perfección, poniéndonos en contexto, un contexto donde, más allá de ser prostitutas, viven rodeadas de lujos, con la única incomodidad de dormir en camas literas. El resto del tiempo parecieran llevar una vida bastante normal, no vamos a hacer mucho hincapié, pero no indagan en absoluto que es de sus vidas durante el momento en el que no están trabajando. Sus penas, su sufrimiento. Sólo las vemos en una fiesta en una terraza y un pantallazo general de la habitación que las mantiene cautivas.
Durante el día, en los exteriores, abunda la iluminación del sol, brillante, cálida, nos da la sensación de esperanza en que todo puede salir bien para nuestras protagonistas. Por la noche, en los interiores, los azules intensos de la iluminación nocturna del club de las novias, la frialdad que las condena. La mayoría de los planos comienzan en paneos desde la espalda baja de nuestras protagonistas/víctimas, para mostrarnos todos sus atributos, caras erotizadas, tomas idílicas; mientras escuchamos una voz en off que cuestiona esta sexualización a la que se ven expuestas, sexualizándolas mientras lo hacen. Fuck logic.
Si bien intentan contarnos cómo tienen que fingir ser parte de este sistema, adaptándose para poder sobrevivir en este mundo, que no parece ser nada fácil, lo cuentan con demasiada distancia, como si ellas mismas fuesen espectadoras de su relato. La voz en off refuerza esta distancia, ya que nos cuentan todo desde la lejanía del recuerdo, como si fuese su pasado y no, también, su presente.
Está rodada desde una perspectiva tradicional y ya conocida por todos, la del hombre; cuando el punto de vista debería ser el de la mujer. Son sus vivencias, sus traumas y una historia que se repite desde el comienzo de los tiempos y que, el único mensaje claro que deja, es el más banal posible: “Sin clientes no hay trata”. Como si fuese necesario, en el 2021, mencionarlo siquiera. Ni hablar que el mecanismo para dejar esto en claro es utilizar el diálogo como vehículo de información. No se esforzaron ni siquiera en plasmarlo de una manera original. Debemos insistir en que la profundidad del abordaje de la temática, lo dejaron en sus pensamientos antes de sentarse a escribir el guión.
La historia pretende ser feminista, pero ni siquiera se acerca. Es un retrato de la explotación sexual llena de machismo. Alex Pina y Esther Martínez quisieron dirigirse al público de forma cruda y políticamente incorrecta, pero terminaron llenando de glamour a las escenas de prostitución. Lo más indignante, es ver que, en este guión, está involucrada una mujer. Dónde está su empatía por la causa, su sororidad… Luego de ver el primer capítulo, lo primero que espere, fueron los créditos para ver quiénes estaban involucrados en los diálogos vacíos, predecibles, y me indigné aún más.
Podemos notar, incluso, como la violación se vuelve estética, en vez de una experiencia traumática. Así como las escenas, innecesarias, de peleas entre ellas, donde tenemos a mujeres, con poca ropa, luchando; duchándose en una estación de servicio en ropa interior. Cualquier excusa es válida, en este universo, para mostrar sus cuerpos perfectos y quitarles cada vez más ropa. Ojo, el pretexto es experimentar su sensación de libertad tras volver a ser dueñas de sí mismas, a pesar de todo lo que tuvieron que soportar para llegar a ese estado y, comprendiendo, que aún no han escapado.
Las presentan como ingenuas, poco inteligentes, por no decir tontas. Nuestras protagonistas están escapando de un grupo de criminales, su proxeneta y sus secuaces; fueron tan osadas de golpearlo casi hasta matarlo y escapar cuando él estuvo por matarlas a ellas. Viven en un mundo en el que los celulares tienen más de 30 años de existencia y no se les ocurre ni por un segundo que es probable que las rastreen a través del Smartphone. Entendemos que es útil para el avance de la trama, y justamente al servicio de la misma aparece esta escena, ya que es conveniente incluso acercándonos al final. Pero realmente, cuándo nos volvimos tan básicos y poco ocurrentes a la hora de escribir guiones.
Otra cuestión, el vestuario, entendemos que usan la única ropa que pudieron llevarse del club tras su huida. Pero luego de refugiarse en una especie de Shopping con todas las comodidades, no se detuvieron a pensar ni un segundo en lo bien que se sentiría robar ropa para dejar de vestirse como las prostitutas que las obligaron a ser y sentirse más a gusto con ellas mismas. No les hace ni un poco de ruido que las tengamos vestidas durante toda la temporada con esa ropa que las sigue poniendo en el lugar de objetos… Tienen tiempo de prepararse unos huevos revueltos, pero no de conseguir un par de zapatillas y vestirse de una manera menos llamativa, para no ser reconocidas. Pareciera que, por momentos, se olvidan que están escapando.
Si bien la trama da indicios abolicionistas, no se involucran con la problemática social como debería, todo se vuelve muy superficial. Como mencionamos más arriba, se deja muy claro el concepto “sin clientes son hay trata”, pero no es concreto.
Indagando un poco más en el relato, podemos comenzar mencionando que las tres protagonistas se encuentran en esa situación por razones diferentes. A Gina la vendió su propia familia en Colombia y, básicamente, no quieren que se escape de su proxeneta porque viven gracias a sus ingresos, muy a pesar de su integridad física y moral. Wendy se sometió a sí misma a es situación por su novia, para darle una vida mejor, tras vivir en la Villa 31 en Buenos Aires, pero luego terminó atrapada en la situación, por las deudas y los manejos económicos de sus captores. Finalmente, Coral decidió escapar de su vida anterior, tras haber matado a su suegra, luego se involucra sentimentalmente con uno de sus captores, además de su jefe-proxeneta, y ya no puede escapar. Todas tienen indicio de querer hacerlo, pero viven una vida VIP. Irónico, ¿no?
Y acá no podemos dejar de mencionar, una vez más, los estereotipos. El argentino de la villa, donde es representada por algunos trapos y sábanas colgadas, como que eso fuese prueba suficiente de que uno vive en una especie de favela. La hegemónica Lali Espósito, con un pañuelo en la cabeza, cabello morocho y ropa que no deja ver sus curvas, la convierten en una mujer de bajos recursos. No se detienen nunca a pensar cómo nos ve el mundo y cómo nos representan en sus películas y series, eso no dice nada de nosotros como sociedad… No vamos a poner en tela de juicio su actuación, ya que por años viene demostrando su versatilidad, pero es difícil separar su actuación de tan hueco guión.
Si una, que es ajena a esta situación por suerte, no puede creer lo que ve en pantalla, quisiéramos verles la cara a todas aquellas madres que perdieron a sus hijas, cuando observan estas tres modalidades de captación. Es absurdo que en ningún caso muestren la realidad cruda como es. Las chicas son secuestradas, desaparecidas y muchas veces convertidas en adictas a sustancias para poder soportar la explotación sexual a la que son sometidas día a día. Coral nos hace un acercamiento a esta cuestión, mostrándonos como consume ciertas drogas para soportar su vida, pero tampoco indaga demasiado. Pareciera haber evidencia de que esto es un hecho que viene hace tiempo, pero no profundizan.
Sin embargo, haciendo caso omiso a la realidad que nos atraviesa como sociedad, donde la trata de personas es el tercer negocio más lucrativo y crimen más organizado a nivel mundial (compartiendo el podio con las drogas y las armas), nos muestran la trata en una versión de prostitución vip, donde las chicas son perfectas y están a la moda. Por lo que es muy difícil empatizar con ellas, con quienes deberíamos hacerlo. Es horrible mencionar esto, pero ahondan más en las vidas de sus captores que en las de ellas. Al mostrarlas en una posición que parece cómoda la a vista, por como esta representada, no cumple con su objetivo, invierte los roles. Deberíamos sentirnos mal por ellas y lo que les sucede. Y sí, en algún punto nos toca, pero ese sentimiento resulta ajeno a la serie, no es una consecuencia directa de lo que estamos mirando.
Otro tema que no podemos dejar de mencionar es que se enamoren de sus captores. Los proxenetas con presentados como galanes, empáticos en ciertas circunstancias y hasta graciosos, haciendo que el espectador empatice con aquellos personajes, los cuales son quienes explotan a miles de chicas. Esta es la tibieza que mencionábamos antes y es clave criticar. Somos conscientes de que existen casos en los que la víctima se enamora de la persona que la tiene secuestrada. Esto es conocido como el Síndrome de Estocolmo o de indefensión adquirida. Pero nos sigue pareciendo que, dada la generalidad con la que se aborda la temática, hacer hincapié en esto, es centrarse en algo que podría ser desarrollado si los personajes lograran mayor profundidad, lo que no sucede.
Entendemos también que todos tienen vidas personales, incluso los proxenetas no ficcionales a los que pretendemos realmente criticar. Pero si vas a presentar una temática que debe ser repudiada, es indispensable mostrarlos como villanos, no porque no sean humanos en el fondo, todos lo somos, pero porque es la única forma de realzar quienes son las verdaderas víctimas. Hay que marcar fuertemente la distinción entre el bien y el mal, es necesario.
No es lo mismo que una película de ficción donde podés empatizar con el villano, ya que no es más que eso, una historia creada para la ocasión. Un film para entretener, que no buscar brindar un mensaje moral. Esta serie tiene todos los tintes de crítica, pero no funciono. Quizás no fue la intención de sus creadores, el problema es que, al quedarse a medio camino, es incluso peor que tomar alguno de los dos bandos, o hacer una serie que simplemente entretenga o plantarse a visualizar un tema del que hay que hacerse cargo y tomar cartas en el asunto.
Ni tampoco quita que no haya motivos con los que podría ser posible empatizar con estas personas. Seamos realistas, todos tenemos nuestros problemas y vivencias que nos hacen quienes somos. Esto no impide que alguna situación te haga sentir identificado con el malo. Como el hecho que la mujer de Romeo tiene un cáncer que termina matándola y dejándolo sólo con sus hijas; pero no es algo para remarcar en una serie donde la crítica pasa por otro lado. Es algo con lo que podríamos empatizar en otro contexto, no en este particular.
La observación más clara, que se diluye a lo largo de los 8 capítulos de duración de la temporada, y que no queda claro ni en el primero, es NO a la trata. Y si nos concentramos en esto, lo demás es cotillón. No podemos detenernos a pensar en Cristian y Moisés y sus problemas como hermanos o con su madre. Es simple, NO nos importa, porque en este contexto no son personas, son proxenetas. Son el mal que debemos combatir y erradicar. Llama la atención tener que siquiera mencionarlo, pero esto no debería ser algo que solamente la mujer puede entender y empatizar. Deberíamos entenderlo y procesarlo de esta manera como sociedad, para poder crecer y evolucionar.
Podríamos indagar en la ironía de que el proxeneta principal se llame Romeo, rompiendo con el concepto Shakespiriano del nombre, o lo bíblico de Moisés, pero estaríamos diluyendo el tema central, los conceptos que hacen a la indignación que nos produjo ver la serie.
Para no seguirnos extendiendo, vamos a volver a mencionar que el problema principal de Sky Rojo reside en que el mensaje está mal abordado. Busca criticar el hecho de que las mujeres sean vistas como objetos, usándolas a lo largo de toda la trama como tales. Esto es insultante para cualquier mujer del otro lado de la pantalla.
Si bien los capítulos resultan entretenidos, dinámicos y visualmente atrapantes, lejos está de ser una buena serie. Igualmente, está dando que hablar, para bien o para mal.
Sirve para pasar el rato, sí. Creemos que lo que más ayuda a esto es que los episodios duren menos de media hora, en versiones más largas, no se sostendría en el tiempo. Pero, lo más importante, es que no deja de ser presentado bajo una mirada claramente privilegiada y masculina, alejada abismalmente de la realidad que quisieron abordar.
No consideramos que pueda ser representativa de la trata de personas, mucho menos de la prostitución. No es siquiera una crítica sutil, ya que termina dando el mensaje contrario, erróneo. Tampoco puede ser un ejemplo de mujeres fuertes y empoderadas, falla por donde se la mire.
Es, realmente, un desperdicio de recursos. Con el mismo presupuesto, las mismas actrices y un guión mejor y más profundo, podría ser una buena serie, una fuerte crítica social y una llamada de atención hacia estas problemáticas. Es una lástima que, una vez más, estos creadores dejen las cosas por la mitad, encarándose hacia el éxito, pero volanteando en el camino…
Si ya viste la serie, contanos qué te pareció, qué pensás de Sky Rojo. Estás de acuerdo con nuestro abordaje o tenés otro punto de vista. Queremos leerte.
Y recordá suscribirte a nuestro Newsletter para recibir todas las notas al momento de su publicación; así como novedades, descuentos, promociones ¡y más!
Escrito por Camm ft. Nay Stoessel
Avanti! Producciones