The Mandalorian
La primera serie live-action de Star Wars
The Mandalorian fue la gran apuesta de Disney+ para su lanzamiento. La pregunta que surge entre los fanáticos de Star Wars y aquellos interesados en este universo, es si vale la pena verla o no.
Como todo es visual, sobre todo esta saga, y hay que llamarle la atención al espectador, lo primero que notamos es la presencia de ‘Baby Yoda’, como muchos lo llamaron en una primera instancia. Quizás esta sea una de las mayores apuestas, ya que muchas promos se centraron alrededor del misterio de este pequeñín de color verde que tanto nos recuerda al poderoso maestro Jedi. Y muchos albergaban la esperanza de que realmente lo sea. El mundo se enamoró de él, de eso no quedan dudas.
Aunque no todo es tan fácil para este universo. Una barrera que aparece (y una de las más grandes de esta serie) surge si no sos fanático de Star Wars. Es posible que, si no te gustan las películas, creas que sería una pérdida de tiempo ver un programa ambientado en este mundo, pero es posible que quieras pensarlo de nuevo.
En esta nota vamos a explicarte por qué…
Queremos empezar destacando lo brillante que consideramos ha sido el showrunner Jon Favreau con la primera temporada de The Mandalorian.Haciendo que el programa sea accesible para cualquier nivel de fan. Podés haber visto todas las películas de la saga Skywalker y amarlas, odiarlas o abandonarlas después de ver solo una, pero The Mandalorian no es esta saga. Aunque es cierto que sobresalen toneladas de referencias a las películas, y también está llena de referencias a otros clásicos del cine. Está construido en el universo de Star Wars, después de todo, pero esto no es más que un guiño adicional para los fanáticos, que están familiarizados con este mundo.
The Mandalorian es una historia completamente nueva, fuera de los Skywalkers, y es fantástica. Pedro Pascal interpreta al personaje principal, The Mandalorian, Mando; un cazarrecompensas solitario, excelente en el trabajo que desempeña.
La influencia más directa de la trama es el manga 76 Lone Wolf and Cub, de Kazuo Koike. Una de las historias más icónicas del género, publicada en la década de 1970. Esto la que haría coincidir su aparición en la cultura pop con la llegada a la pantalla grande de Star Wars.
Mando nunca se quita su armadura, ni mucho menos su casco. Esto cambia la dicotomía habitual de Star Wars en la que la falta de rostro de los Stormtroopers era un simple significante del mal, está vez, es el héroe quién permanece oculto. Héroe en un sentido bastante amplio ya que, más que nada por su profesión y como comienza su camino, Mando tiene un perfil de antihéroe y realiza el camino del héroe. Pero no entremos en detalles tan técnicos.
Parece que Pedro Pascal, luego de su paso por GOT como Oberyn Martell, aprendió la importancia de usar el casco y no quitárselo, bajo ninguna circunstancia, durante las batallas…
Este es un western espacial prototípico con un héroe lacónico moldeado a imagen de Clint Eastwood o John Wayne. Tiene un buen ritmo y es razonablemente inteligente, con suficiente estilo y elegancia visual para mantenernos atentos. Los paisajes polvorientos y la maquinaria descomunal se enfrentan a sus contrapartes en las películas de Star Wars, y las extrañas bestias animadas los superan.
Todo comienza en el primer episodio, cuando Mando va en busca de una de las mayores recompensas de todas. Eso pone en marcha la cadena de eventos que se seguirán desarrollando en los otros episodios.
Lo refrescante es que, aunque hay una trama general que mueve la historia, los capítulos se sienten independientes entre sí. Cada aventura comienza y termina, llevando a Mando y a Grogu de un lugar a otro, mientras se proponen lograr su objetivo principal. Si bien en una primera instancia Mando entrega a Grogu y cobra su recompensa, con la que consigue el beskar (un metal de gran durabilidad, capaz de resistir incluso disparos de blásters) necesario para su armadura mandaloriana; vuelve a rescatarlo y su nuevo propósito es ponerlo a salvo y entregarlo a los Jedi que quedan en el universo, para que lo entrenen.
A veces, los sucesos son algo serios y están llenos de acción digna de gritos y desesperación. Y otras, se plasma en pantalla una el amor y ternura que une a nuestros protagonistas, Mando y Grogu, que poco a poco van formando y fortaleciendo ese vínculo que los une desde el comienzo, encariñándose uno con el otro.
Durante los 13 capítulos que tiene la serie, hasta el momento de la publicación de esta nota, ya que esperamos la 3ra temporada para el 2022; los episodios nos van entregando pedacitos de información y van introduciendo personajes que serán importantes en la definición de la segunda temporada. Vemos a Mando visitando los diferentes planetas de la galaxia, los que lo van conduciendo poco a poco a un destino más claro y una conexión más fuerte con el universo de Star Wars. Cerca del final se nos revela el verdadero nombre de Baby Yoda y su conexión con La Fuerza.
Las aventuras culminan en ‘la batalla final’, cuando Mando, acompañado de estos personajes que se fueron destacando en el camino, se dirige a la nave de Moff Gideon, a rescatar a Grogu tras su secuestro. Es aquí, a minutos del final, cuando se produce el encuentro más esperado. Luke Skywalker llega junto a R2D2 a buscar a Grogu para llevarlo con él y entrenarlo.
Y estos son los momentos en el que el mundo del fan se divide en dos. Aquellos que están completamente de acuerdo con este giro argumental, y aquellos que lo odiaron. Seas de un team o del otro, no podemos negar que fue emotivo y es el punto donde se produjo la unión máxima entre el recorrido de The Mandalorian con Star Wars.
Podríamos discutir si el CGI está o no bien realizado, si la voz de Mark Hamill coincide correctamente con el personaje o no, pero no podemos discutir la emotividad del final. Lo que también nos hace pensar cómo se puede sostener la trama que vendrá sin nuestro pequeñín verde, que se roba todos los corazones, incluso el de Mando.
Durante esta despedida se produce otra de esas secuencias emotivas, que venimos mencionando, Din Djarin, rompiendo sus votos, le muestra por primera vez su rostro a Grogu y le promete que volverán a verse…
Hay que tener en cuenta que The Mandalorian es la historia de Mando y Grogu, no la de Luke Skywalker, pero lo dijimos tantas veces que esto ya quedo claro, ¿no?
No sabemos qué nos traerá la tercera temporada, pero quizás el entrenamiento solo sea una pequeña parte. Queremos volver a ver a Mando y Grogu juntos.
Además, conociendo la historia canónica de Star Wars, podrían augurar un trágico destino para Grogu. Aunque Luke logre entrenarlo en los caminos Jedi, esto posiblemente sea el germen de la idea que un día se convertirá en la Academia Skywalker. La misma academia en la que años más tarde será admitido Ben Solo, y que posteriormente destruirá convertido ya en Kylo Ren masacrando a quienes fueran sus compañeros, tal y como reveló un flashback en Los últimos Jedi. Si este es el destino de Grogu, muy probablemente lleve implícita su trágica muerte a manos de Kylo Ren… Pero no nos adelantemos a los hechos, quizás todavía haya esperanza.
Queremos aprovechar esta nota para responder una de las preguntas que nosotras también nos hicimos mientras mirábamos la serie: dónde encaja The Mandalorian respecto a las sagas que ya hemos visto.
La misma tiene lugar después de la caída del Imperio y antes de la aparición de la Primera Orden. Es decir, se ubica entre el episodio VI y VII. En los años en los que la Nueva República domina la galaxia, pero la Primera Orden empieza a organizarse.
Además, los hechos que se muestran en la serie se ubican en los llamados planetas lejanos, donde el control de la República es escaso, lo que le confiere ese tono de Western que antes mencionamos. ¿Necesitás más info sobre el universo de Star Wars? Tranquilo, tenemos la nota complementaria para vos. Leela acá.
No queremos dejar de mencionar las imágenes que contemplamos durante los créditos finales en cada uno de los episodios. Las mismas son el arte conceptual diseñado por los diferentes artistas para la serie.
El concept art de una obra cinematográfica consiste en el desarrollo de un diseño visual para sus elementos, aquellos que aún no son más que ideas en la mente de los guionistas y directores. Incluye tanto escenarios y personajes como escenas específicas que se quieren plasmar en la pantalla para que pueda servir como guía inequívoca a todo el equipo. Una especie de Storyboard con mayor nivel de detalle y complejidad. Es por esto que muchas de las escenas que observamos, ya las hemos visto a lo largo del capítulo que está terminando.
Y si hablamos de los aspectos técnicos de esta serie, hay que mencionar algo que probablemente no se hayan dado cuenta. Cuando los personajes aparecen en un paisaje extraño, lo que de hecho veían a menudo eran actores que actuaban frente a pantallas LED gigantes. Entre muchos otros beneficios, este enfoque ofreció la oportunidad de no tener que depender únicamente de las pantallas azules o verdes (cromas). Sino que los actores y cineastas vieron e interactuaron directamente con sus entornos e incluso se filmaron tomas de efectos visuales directamente en la cámara. No solo eso, dado que lo que se muestra en las paredes LED se renderiza en tiempo real, las imágenes podían moverse al unísono con la cámara (o el artista) y ajustarse al paralaje apropiado durante el rodaje.
Este espacio de video altamente expresivo y fotorrealista se llama The Volume, es un escenario circular instalado en el centro de Los Ángeles. El techo y las paredes de están cubiertos con paneles LED de alta definición que pueden simular la topografía de estos mundos distantes.
The Mandalorian es la primera producción en utilizar extensiones y efectos de decorados en cámara de video. No se parece a nada que se haya intentado antes. Una síntesis de destreza cinematográfica y software de videojuegos le brinda un increíble nivel de realidad a cada una de las escenas en las que se utiliza.
No queremos ponernos demasiado técnicas y aburrirlos. Esta serie no sólo se destaca por ser la primera live-action de Star Wars, sino por la tecnología que se utilizó. El proceso es mucho más complejo, pero queríamos mencionar, a grandes rasgos, de qué se trata.
Ahora, lo que nos trajo hasta acá. La respuesta a la pregunta no podría ser otra, sí, hay que ver The Mandalorian.
Si estas indeciso y no sabes si esta serie es o no para vos, te recomendamos le des una oportunidad. Intentá ver el episodio 1, dura menos de 40 minutos. En ese tiempo vas a poder darte una idea de la serie en general. Disney no escatimó en gastos con este proyecto, y se nota. Es visualmente muy atractiva y elegante, entretenida, tiene acción y conmueve, todo lo que el entretenimiento debe tener.
Desde este lado, como fanática de Star Wars, no pude resistirme a sus encantos. Quizás no sea para todos, es totalmente válido, pero vale la pena al menos intentarlo…
This is the way.
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Escrito por Camm
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