Crítica: La casa de papel, tercera temporada
La historia que tenía todo para sobresalir y defraudó.
Una serie que tiene todos los ingredientes para seguir funcionando a la perfección, pero falla en lo más importante: el guión. Abuso de flashbacks, intentos desesperados por explicar la trama a cada paso; reincorporar personajes que ya no son parte del elenco y las constantes contradicciones en el accionar de los protagonistas respecto de las temporadas anteriores. El error de querer continuar con el éxito desmedido sin darle al espectador lo que espera de una serie de este calibre: calidad y sorpresa.
Un acierto: la incorporación de Rodrigo de la Serna que, por lejos, manifestó una de las mejores actuaciones de la temporada.